El Huerto del Cura es ante todo un enclave botánico, no obstante, no podemos olvidar a los animales que habitan en él. Sin duda, los más atractivos y representativos son los pavos reales (Pavo cristatus).
El huerto tiene pavos reales comunes, blancos y arlequín, estos últimos, consecuencia de mezclar los dos tipos anteriores. Su hermoso aspecto y su carácter descarado hace que los visitantes que acuden al jardín, se queden gratamente sorprendidos con estos emplumados habitantes. Es especialmente llamativo verlos en primavera cuando los machos realizan los rituales de apareamiento y cortejo. Ver su particular danza con sus colas abiertas es todo un espectáculo.
Otros habitantes destacados del huerto son los patos, contamos con varias parejas de pato de Carolina o pato joyuyo (Aix sponsa) y de pato mandarín (Aix galericulata). Ambas especies conviven en armonía en los estanques del jardín.
El pato de Carolina, es nativo de las costas este y oeste de los Estados Unidos. El macho y la hembra son diferentes, el pico de los machos es de color naranja, con el plumaje de la cabeza de un tono verde metálico con tonos púrpuras, negro y líneas blancas. En el cuello tienen un color anaranjado con manchas de color amarillo. Por otra parte, la hembra es menos colorida, con el anillo ocular y la garganta de color blanco. Además, es un poco más pequeña que el macho.
Por su parte, el pato mandarín es originario de China, Japón y Siberia. Elegante y de constitución robusta, también presentan un dimorfismo sexual muy acusado. El macho presenta un copete rojo con brillos metálicos de color verde sobre la frente y dos franjas laterales de color blanco o crema muy claro, en las que destacan los ojos oscuros y el pico de un tono rojo coral. El pecho y la garganta son de color morado; el vientre es blanco, y los laterales son de un tono crema con dos bandas azuladas, que dan paso a unas franjas anaranjadas curvadas hacia arriba. La hembra es bastante parecida a la del pato joyuyo; posee un plumaje mucho más discreto: tonos pardos y ocres en sus partes superiores, un anillo y una banda blanca alrededor del ojo, y las partes inferiores más pálidas, con los flancos moteados.
Otros animales que se han adaptado a la perfección al Huerto de Cura son los peces de los estanques. El jardín cuenta con dos especies: la carpa común y la carpa koi. La carpa común o carpa europea (Cyprinus carpio) está emparentada con la carpa dorada y ha sido introducida en todos los continentes. Por otra parte, está la carpa koi (Cyprinus carpio koi) una colorida variedad doméstica de carpa común que se desarrolló en Asia por selección. Los colores blancos, naranjas y amarillos llenan de alegría y movimiento la parte acuática de jardín.
El Huerto del Cura también cuenta entre sus habitantes con un gato, se trata de Michi, una gata común que hace años decidió instalarse en el jardín. Tiene el pelaje negro y blanco y es una seguidora incansable del jardinero, al que persigue a todas partes y observa con detenimiento cómo trabaja.
También son dignas de mención las ranas, que especialmente, en los días de verano, ponen una maravillosa banda sonora a la visita de los turistas.
Finalmente no podemos dejar de mencionar los numerosos pájaros que visitan o viven en el huerto: palomas, mirlos, petirrojos, estorninos comunes y gorriones.
Si los visitantes quieren dar de comer a los animales, pueden comprar comida en la tienda que hay a la entrada del huerto. Es tan habitual que les den comida que los peces se arremolinan ansiosos en los estanques cuando intuyen que les van a dar de comer. Al igual ocurre con los pavos que en ocasiones llegan a comer de la mano de los visitantes.